martes, abril 30, 2024
Actualidad del CBM

Recién nacida fue lanzada a una letrina y sobrevivió. #AnécdotasDeUnBomberoCBM

El 31 de diciembre de 1966 se respiraba un ambiente de celebración con la despedida de ese año, pero dando las 18:00 horas, a la estación 3 de Bomberos Municipales, llegó un grupo de niños gritando y pidiendo auxilio porque al parecer un recién nacido había sido lanzado por la tubería del sanitario de una vivienda.

“Fuimos a la 14 avenida y 27 calle de La Limonada, zona 5”, relata el Oficial Mayor Héctor Chacón, al llegar al lugar “una señora estaba histérica y nos apresuraba; entre gritos, nos dijo: de plano esta patoja (refiriéndose a su nuera) dio a luz y tiró al bebé”.

“Vimos la letrina de tubería (de un metro de diámetro aproximadamente) por donde había sido lanzado el recién nacido…” continúa con el relato, “Al mando iba el Oficial Pineda -el Chino-, quien me ordenó que verificará la situación. La letrina tendría unos dos metros de profundidad, me introduje y no pude hacer otro movimiento, entonces salí y luego unos compañeros tomaron mis pies y con la cabeza hacia el suelo, me ayudaron a bajar nuevamente… quedé boca abajo, dando hacia la tubería, no vi nada; pero me introduje en el tubo que era un poquito más ancho que yo, comencé a avanzar.” Respira y recuerda.

“No dio tiempo de hacer un plan, comencé a avanzar, llevaba la mano derecha hacia adelante y allí llevaba una linterna, la mano izquierda la dejé hacia atrás y solo podía avanzar usando la punta de mis pies. Avancé un poco y no vi nada, luego escuché el llanto de un bebé, entonces traté por avanzar más rápido, respirar era muy difícil” añade.

“Cuando iba avanzando, iba encontrando restos de placenta, me sentía preocupado porque el llanto del bebé era cada vez más imperceptible… era una vida y dependía de mí” menciona con voz temblorosa.

“El camino fue largo, literalmente avanzaba arrastrándome, fueron unos 50 metros… y me preocupaba que la pequeña criatura siguiera avanzando hacia la tubería del drenaje central, si caía allí, ya no podría hacer nada.” agrega.

“Al fin logré llegar al lugar donde estaba el bebé, realicé la evaluación respectiva con una mano (la única que llevaba al frente), el cordón umbilical no estaba atado, así que lo metí a mi boca para presionarlo con mis dientes. Noté que era una bebita, la coloqué sobre mi antebrazo y comencé a retroceder, mientras ella lloraba.”

“Mis compañeros trabajaban arduamente en la superficie; cavaban, cavaban y cavaban… buscando la dirección de la tubería del drenaje con la ayuda de los vecinos. Y ¡al fin! vi una luz, les grité con desesperación ‘¡aquí! ¡aquí!. Yo  acababa de pasar por donde ellos abrieron. Cavaron un nuevo agujero más cerca de mí, trabajaban con piochas, almáganas y mucho cuidado.” sonríe.

“Les entregué a la recién nacida, tenía erosiones en su pequeño cuerpo y presentaba un cuadro de hipotermia, pero estaba estable. Mis compañeros la cubrieron y asistieron, luego la trasladaron a la emergencia del Hospital General San Juan de Dios. Según indicaron los médicos, la pequeña sobrevivió porque el cordón umbilical estuvo siempre presionado por el peso de su cuerpo y esto impidió que se desangrara.” dijo.

“Cuando al fin salí, me sentía confundido, había mucha luz, porque hasta la empresa eléctrica trabajó con nosotros por la dificultad del rescate, todo me temblaba… pero esto ¡Fue un milagro! Un milagro que despedía el año 1966.” recuerda.

“Eran alrededor de las 10 de la noche cuando todo terminó, la ambulancia en la que habíamos llegado, no estaba en el lugar, porque habían trasladado a la mamá de la ‘criaturita’, que fue herida con una hacha por su suegra, quien enfurecida por lo que había hecho, la ‘castigó’… Entonces, con el jefe de servicio y otro bombero, caminamos a la estación para recibir el año nuevo.” menciona.

“Cansado pero muy feliz, me fui.” enfatiza.

(Relato textual, Mayor Hector Chacón)

ACERCA DEL BOMBERO

Héctor Otoniel Chacón Cuéllar es un bombero con 50 años de experiencia, ha dado los mejores años de su vida al servicio de la población guatemalteca. Tiene 71 años de edad y ostenta el rango de Oficial Mayor de Primera Clase (de carrera), su número de casco es el 0039, se graduó en la 6ª promoción.

“Los rescates son lo que me han marcado, desde pequeño he estado en lugares rurales y de difícil acceso, por eso siempre me gustó realizar estas acciones.”

Ha recibido las condecoraciones:Ricardo Robles (por 50 años de servicio),Julio Obiols (por 25 años de servicio), Mención Honorífica, Monja Blanca y Al Valor.

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